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La almohada es tan importante como el colchón. Dedicar tiempo a observar cómo dormimos y a escoger la almohada adecuada es importante para un buen descanso.
“Consúltalo con tu almohada” es algo más que una frase metafórica que recrea el momento de reflexión que nos llega cuando ponemos la cabeza en la almohada. Si es la adecuada, y no todas lo son, ese momento puede ser uno de los más importantes del día. Elegir la almohada adecuada es tan importante como escoger el colchón porque nuestro descanso dependerá en buena medida de tomar la decisión correcta, de pensar qué tipo de dormidores somos, en qué postura conciliamos el sueño cada noche, si preferimos hundir la cabeza en una superficie mullida o, por el contrario, necesitamos descansar sobre una superficie un poco más firme. Por todo esto, elegir almohada es un asunto serio que requiere saber algunas cosas sobre nuestros hábitos de sueño.
La doctora Ainhoa Álvarez Ruiz de Larrinaga, especialista en Neurofisiología clínica y miembro de la Sociedad Española del Sueño, destaca que “una apropiada selección de la almohada puede optimizar la postura en la cama, facilitar un sueño reparador y a largo plazo evitar lesiones cervicales”. Aunque existen variedad de estudios sobre cuál es el diseño adecuado y los materiales óptimos, lo importante para elegir almohada es la postura a la hora de dormir y nuestras preferencias personales.
Al elegir la almohada es fundamental que esta, al igual que el colchón, mantenga el cuerpo y la cabeza en una posición natural.
Expertos como el doctor Carlos Egea, coordinador del área de sueño de Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), dan algunas pistas a tener en cuenta para buscar tu almohada perfecta. “Al elegir la almohada es fundamental que esta, al igual que el colchón, mantenga el cuerpo y la cabeza en una posición natural. Lo recomendable es utilizar una almohada más bien baja y no demasiado blanda que mantenga la cabeza en línea con el cuello. La firmeza de la almohada debe decidirse en función de la postura al dormir, pues es importante que la columna permanezca alineada durante toda la noche para conseguir un sueño reparador”.
También desde la Sociedad Española del Sueño indican que la correcta elección de la almohada depende de la postura al dormir, pues su altura cambiará según tu posición. Las almohadas de altura media para dormir boca arriba, las más altas para dormir de lado y las más bajas para dormir boca abajo, aunque no es la postura más recomendable. Las almohadas ergonómicas, por su parte, están diseñadas para adaptarse a todas las formas y maneras de dormir.
Aprendiendo a elegir la almohada adecuada para un buen descanso
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La postura al dormir. Es el punto clave para elegir almohada, pues tanto su firmeza como su forma va a depender siempre de tu postura al dormir. Según duermas, de lado, bocarriba o bocabajo, necesitarás una almohada con una altura diferente para que la columna y el cuello se mantengan alineados durante toda la noche. Incluso si eres de los que vas cambiando de posición mientras duermes, encontrarás almohadas diseñadas específicamente para ello. Hablamos en serio, la almohada ergonómica multiposición KLUBBSPORRE es un regalo para los que tienen un sueño hiperactivo.
La altura. Quienes duermen de boca arriba deben optar por una almohada de altura media que proporcione un buen soporte, como ROSENSKÄRM de IKEA. Se trata de una almohada diseñada pensando en tus cervicales y es perfecta para dormir boca arriba y de lado ya que tiene dos alturas gracias a sus dos capas internas, una de espuma moldeable y otra de espuma de soporte. Los que duermen de lado encontrarán el mejor descanso con almohadas altas que les ayuden a mantener alineados cuello, cabeza y espalda, como por ejemplo PRAKTVÄDD, una almohada ergonómica que, gracias a su relleno de microfibra y espuma viscoelástica, proporciona un buen soporte para dormir como en una nube. Aunque dormir boca abajo no es lo más recomendable, si es tu opción tu almohada debe ser blanda y más plana para no forzar el cuello, como el modelo LUNDTRAV, que permite alinear la cabeza, el cuello y la columna de una mejor forma durante el sueño.
El material de fabricación. Las almohadas de fibra y microfibra son blandas, y en el caso de las de IKEA son, además, hipoalergénicas. Por otra parte, las almohadas viscoelásticas ayudan a relajar los músculos y permiten que uno se mueva menos durante el sueño. Además, proporcionan un soporte más firme al cuello y la espalda. Por último, las almohadas de pluma y plumón son muy cómodas y suaves. Además, estos materiales permiten que las almohadas transpiren y absorban la humedad.
La forma. Las formas de las almohadas están relacionadas principalmente con las posturas al dormir, pero la clave es que debe adaptarse a la colocación del cuello de cada persona.
El mantenimiento y la durabilidad de la almohada. Prolongar la vida útil de la almohada siempre es una buena idea, por eso es importante utilizar siempre un protector que la mantenga impecable. Otra práctica recomendable es airearla con frecuencia, para que se evapore la humedad.
La almohada de tu vida casi siempre es ergonómica. Repasemos el concepto de ergonómico. Suele ser un diseño estudiado para adaptarse a las tensiones que solemos acumular tras horas de malas posturas. Un diseño ergonómico es un bálsamo para una espalda y un cuello cansados. Imagina ahora la palabra almohada unida al adjetivo ergonómico. Pocas uniones suelen ser más perfectas. Las almohadas cervicales o ergonómicas están diseñadas específicamente para aliviar las tensiones y relajar los músculos de la zona cervical, lo cual se traduce en un buen descanso y una mejora incalculable de la calidad de vida y del rendimiento del día después. Pero también hay que tomar decisiones porque no todas son iguales.
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Coordinación: Prado Campos y Cecilia Marín
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación: Saúl Fernández | Producción: Delia Blesa
Ilustraciones y animación: Iñaki San Juan y Antonia y Pepa